Las obligaciones nos pueden llevar a la enfermedad. Voy a explicar esto para que se entienda.
Fijarse metas es bueno siempre que los objetivos “no te posean a ti”. Son cosas distintas. Algunos objetivos ni siquiera son nuestros, los hemos tomado prestados de otras personas. Tal vez sean los suyos, pero no los nuestros. Las obligaciones se confunde con objetivos cuando expresan una “voluntad” en términos tales como: “debería”, “tengo que”, “he de”… En ese caso ya no se trata de una elección sino de una imposición. Es el objetivo ajeno pero con apariencia de propio. La pregunta más liberadora que conozco es: ¿Dónde está escrito?. Pauta práctica: para conseguir paz perdona todos tus “debería”.
Entre los objetivos personales suelen figurar cosas como una casa espaciosa, un buen coche, un empleo con un buen salario, una familia sin problemas… Todo esto está bien, el problema empieza cuando estos objetivos tiran en direcciones opuestas. Son todos deseos legítimos pero también son muchas cosas que atender y por las que en su momento habrá que pagar un precio.
Además, muchos objetivos son incompatibles entre sí. Por ejemplo, trabajar duro y disponer de tiempo libre es irreconciliable.
La glotonería del ego es infinita y sus objetivos son el testimonio de su gula, y para hacerlos posibles deformará la realidad para que sus demandas encajen en ella. Y lo conseguirá, creará su sueño, y empezará el juego de la ilusión y la desilusión.
A menudo, hacemos convivir en nuestra mente ideas contrarias y antagónicas; actuamos en contra de nuestras propias creencias. Por ejemplo, todos conocemos las razones para llevar una alimentación sana, pero al mismo tiempo también justificamos excepciones para transgredir las reglas. Otro conflicto de intereses muy frecuente consiste en tratar de ser auténtico y a la vez tratar de agradar a todo el mundo, buscar aprobación ajena.
La falta de coherencia sume a las personas en una contradicción debilitadora. Hacer una cosa y pensar ontra diferente en incoherencia. Estos conflictos generan una pérdida de energía que nos expone a la enfermedad. La enfermedad es la mayoria de las veces un síntoma de un desequilibrio a nivel mental y emocional. En otras ocasiones es síntoma de un desequilibrio nutricional.
La lista de la emociones negativas es larga: culpa, odio, celos, soberbia, rechazo, angustia, separación, ira, frustración, pena, ansiedad, enojo, cólera, depresión, resentimiento, amargura… todas estas emociones son diferentes expresiones de temor. Todas las emociones son derivadas del miedo. Lo seguro es que cualquiera que sea la forma que el miedo adopta creará un desequilibrio que se reflejará en el cuerpo en forma de enfermedad. La salud es la paz en el cuerpo.
El miedo es una ilusión y por lo tanto, no es real. No hay una irrealidad más difícil de desarmar que otra pues todas son igualmente irreales. En este sentido, ninguna enfermedad es más difícil de curar que otra. La apariencia que adopta la enfermedad revela la causa emocional pero lo que importa es que, a un nivel muy profundo, se está produciendo un daño que debe ser reparado por el enfermo antes de que pueda esperar una curación real de su organismo. Disponer de la información sobre cuál es la causa emocional no implica la curación, la cual sólo es posible a través de la liberación de los traumas y bloqueos emocionales.
Toda curación es emocional y sólo hay una emoción curativa: amor. El amor, la ausencia total de temor, refuerza el sistema inmunológico y eleva la vibración del cuerpo hasta conducirlo a la salud; es decir, la ausencia total de conflicto. La salud es paz en el cuerpo y sólo se manifestará si la mente está en paz.
Liberar traumas emocionales y desbloquear emociones es un proceso sencillo.
Un trauma emocional es una emoción vivida como un dolor (una separación afectiva, la muerte de un ser querido, un despido…) No hace falta que seamos conscientes de cuales fueron los hechos que nos han llevado a la situación de enfermedad, pero sí hemos de identificar la/s emocion/es para poder liberarlas.
Tan solo necesitamos comunicarnos con nuestro subconsciente, que nos guiará en el proceso. Una vez identificadas las emociones a liberar, mediante un rápido y sencillo proceso, las liberaremos. A continuación, grabaremos creencias potenciadoras en nuestro subconsciente que nos ayudarán a liberarnos de la enfermedad y alcanzar la plena salud.